Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

«No sé qué hacer con mi vida»

Es uno de los problemas que más escucho últimamente.

Pero el problema es que hay muchas opciones. Ese es uno de los hándicaps. Cuantas más posibilidades tengamos de elección, la misma se hace más difícil.

La vida actual nos da tal abanico de oportunidades, que la capacidad de decisión de manera clara y concisa parece un don utópico de unos pocos iluminados.

Esos “iluminados” suelen ser personas de éxito personal y laboral que consiguen ser felices aunque la situación no les sea favorable.

¿Qué habilidades tienen las personas con éxito que no tengan otras personas?

Las personas exitosas eligen de todo el abanico de oportunidades, un sector que les gusta. Esta elección no implica que sean buenos de primeras en esa área. Simplemente la eligen. Dan el paso y toman uno de los cien caminos que la vida les ofrece. Nos encontraríamos con los denominados DOERS (persona activa, que pasa a la acción)

Por el contrario, las personas THINKERS (los que piensas las cosas demasiado) barajan las posibilidades, evalúan los pros, los contras, miran los otros caminos, eligen, cambian de elección, piensan que quizás esta no es la más adecuada… creen que pensando mucho las cosas, tomaran una mejor decisión.

Y no es así, porque ningún camino es perfecto.

Mientras tanto los doers, ya han elegido su camino y se disponen a recorrerlo. Por supuesto que se encuentran obstáculos en él, pero ven retos donde los demás ven barreras.

Los thinkers siguen pensando en las posibilidades. La elección les resulta difícil, sobre todo por tener que descartar el resto. Esa es una idea que no va con ellos.

A medida que la elección de alarga se hace más costosa. Provocando los consiguientes problemas emocionales y la toma de decisiones de manera impulsiva.

Los doers ya están por la mitad del camino. Han pasado obstáculos que les han servido como reto y han encontrado refuerzos muy positivos por el trabajo que están realizando. No sólo hay un feedback externo, es que muy posiblemente, se haya desarrollado una pasión por ese camino.

Y la pasión lo cambia todo.

Si te apasiona lo que haces, no ves complicaciones sino oportunidades. Ellos también tienen ese abanico de estímulos distractores, la única diferencia es que ellos ELIGEN y siguen con su elección hasta el final.

Lo importante es conocerse y tomar una decisión. Si te resulta difícil, utiliza la siguiente técnica de visualización. Te ayudará a enfocar y centrarte en el objetivo que quieres conseguir, como si fuera una diana.

Primero, ¿en qué área de tu vida te sientes más perdido? De todas las posibilidades que el mundo te ofrece, elige las cinco opciones que más te gusten. Visualiza tu vida en cada una de ellas.

Tómate el tiempo necesario. Piensa, por ejemplo, dónde estarías, con quién, que obstáculos posibles podrías encontrar, cómo te sientes… etc. Cuantos más detalles tengas, más clara y concisa será tu decisión.

¿Cómo te sientes en cada una de ellas? Evalúalo.

Si es necesario, deja “reposar” por un tiempo todo lo que has pensado.

Ahora es hora de tomar una decisión.

Puedes basarte en descartar las que menos te han gustado. Quizás has tenido una visualización especialmente placentera, en la que te has encontrado verdaderamente cómoda. Esa es la opción.

Crea tu “Plan de acción”. Crea un paso-a-paso de cómo actuarás de ahora en adelante en ese área. Es importante que seas realista. Si te has planteado hacer ejercicio y hasta ahora solo logras hacerlo una vez al mes, no te propongas hacer una hora de ejercicio todos los días. Tus metas deben ser accesibles y alcanzables. La disciplina es como un músculo que debes ejercitar día a día para que vaya fortaleciéndose.

Aprende a controlar los refuerzos instantáneos, son los grandes enemigos de la disciplina. “Es muy temprano; haré los ejercicios más tarde”, “Un dulce no va a arruinar mi dieta”. Todas estas excusas te alejan de tus metas. Es algo que tienes que hacer, te guste o no, como cepillarte los dientes.

Sigue el plan durante 66 días. Si bien el número de días puede no ser exactamente éste, el estudio británico realizado muestra que hacen falta 66 días para adquirir un hábito nuevo y después, su repetición se hará automáticamente como parte de la rutina diaria.

Elimina la voz negativa que te dice que no lo vas a conseguir. Sustitúyela por autoafirmaciones positivas.

Es importante que estés alerta, la crítica personal te hará creer que el fracaso es inevitable. Es sólo un pensamiento en tu cabeza que te desmotiva y que quiere que vuelvas a tu zona de confort. Las autoafirmaciones positivas te van a mantener firme en tus propósitos y harán que tu camino sea mucho más entretenido.

A fin de cuentas “encontrarse” no es más que disfrutar y enamorarte del camino que estás recorriendo.

Ir al contenido