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Claves para elegir un buen psicólogo


La psicología, como muchos otros campos, es muy amplia y en ella existen muchas formas de terapia, algunas son más eficaces que otras. Debido a esto hay muchas personas que se sorprenden cuando llevan un tiempo realizando tratamientos que no están reconocidos por ninguna universidad o con personas que ni siquiera poseen el título de psicólogo.


Si estás pensando en ir al psicólogo lee estos consejos, seguro que te ayudan a tomar una decisión


1. Título de Psicología: Aunque no lo parezca existe mucho intrusismo y no todo el mundo que abre una consulta tiene un título oficial de psicología. La mejor garantía de que esa persona es un psicólogo titulado es que tenga visible el número de colegiado de alguno de los Colegios Oficiales de Psicología y el número de Registro Sanitario.

Un profesional colegiado garantiza que posee la titulación necesaria y que se acoge al Código Deontológico del psicólogo, un conjunto de normas de ética profesional.


2. Tener formación y experiencia en la rama sanitaria: Haber estudiado psicología no implica que se pueda hacer terapia. A partir de la regulación de la Psicología en el ámbito sanitario, la profesión de psicólogo en España ha quedado configurada en tres niveles (Infocop, julio 2013):

1. Los graduados/licenciados en Psicología pueden ejercer como psicólogos, realizando aquellas actividades profesionales que no impliquen valorar o intervenir en la salud.

2. Los que, además del Grado/Licenciatura en Psicología, posean el Máster oficial en Psicología General Sanitaria, podrán ejercer como psicólogos generales sanitarios. Se entiende que serán equiparables a estos profesionales los licenciados/graduados en Psicología con ciertos requisitos de formación establecido en Ley de Economía Social, y que gracias a la misma estén inscritos en los registros autonómicos de centros, establecimientos y servicios sanitarios.

Y los que posean el título oficial de especialista en Psicología Clínica, que también son sanitarios, podrán ejercer como psicólogos especialistas en Psicología Clínica.


3. Tipo de terapia que realiza: No todas las terapias han demostrado ser efectivas, y si es así se vulnera el Art. 6 del Código Deontológico, que obliga al principio de “solidez de la fundamentación objetiva y científica de sus intervenciones profesionales. Infórmate de cuales son las terapias más efectivas para tu problema.


4. Comprueba si en las primeras sesiones hay una evaluación, un diagnóstico y una propuesta tratamiento: Las terapias con evidencia científica comienzan con una evaluación del problema. Una vez realizada la evaluación, el psicólogo debe darte un diagnóstico del problema. No necesariamente etiquetará con el nombre de un trastorno, debido a que un trastorno es un conjunto de síntomas. El psicólogo dará una explicación a lo que se denomina un problema funcional. Y posteriormente el comienzo de la terapia.


5. Infórmate del número, duración y frecuencia de las sesiones aproximadamente. Dependerá de las necesidades de cada paciente pero oscilará entre 10 y 20 sesiones. La duración suele rondar entre 45 y 90 minutos. La duración no afectará a la eficacia de la terapia. Por norma general se realiza una sesión por semana y no más de dos.


6. Qué NO es un tratamiento psicológico. En muchas ocasiones los pacientes comentan que con los anteriores psicólogos se dedicaban a hablar y hablar de ellos mismos, por lo que abandonaron la terapia. Ir al psicólogo implica aprender sobre las emociones, los pensamientos y los comportamientos. Implica entrenamiento de técnicas de visualización, de relajación o de asertividad.. etc A esto le llamamos Psicoeducación. En muchas ocasiones la gente se siente bien en la primera consulta simplemente por hablar de su problema. No debes confundir ese alivio inicial con eficacia, ya que se disipará pronto. Es más, ir a consulta no siempre implica salir aliviado. A veces hay que enfrentarse a problemas duros para superarlos.


7. Tareas para realizar entre sesiones. La mayoría de las terapias eficaces proponen tareas para realizar entre sesión y sesión. Lo habitual será que te lleves indicaciones sobre cosas que debes hacer o algún registro o cuestionario que rellenar. Este es un buen indicador para diferenciar una terapia eficaz de una que no lo es.


8. Cómo es la relación psicólogo – paciente: Es lo que llamamos la relación terapéutica. La relación terapéutica no es una amistad, es una relación entre un profesional y una persona que busca ayuda, así que desconfía de los psicólogos que generan dependencia en sus pacientes. Es importante que te sientas a gusto con tu psicólogo y que confíes en él. No tengas problema en cambiar de psicólogo, es algo más habitual de lo que piensas, pero asegúrate de que cumple los requisitos planteados más arriba.

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